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Distrito dice que pondría en peligro embalse de San Rafael, que es la reserva de agua de Bogotá.

El secretario distrital de Planeación, Gerardo Ardila, dejó claro el fin de semana que la ciudad se opone a la construcción de una vía entre Bogotá y La Calera por la calle 153, por el impacto ambiental en los cerros orientales y las fuentes de agua.

El sábado, en una reunión con concejales y funcionarios de La Calera, Ardila aceptó que urge una solución vial, ya que el acceso por la calle 85 está colapsado, pero advirtió que por la calle 153 se arriesgaría al embalse de San Rafael, la reserva de agua de Bogotá en caso de desabastecimiento.

Según el funcionario, aunque sea subterránea, la carretera por la 153 estimularía la urbanización en la zona, y que “los vertederos de aguas residuales llegarían al embalse San Rafael y habría un impacto negativo en siete acueductos veredales del valle del río Teusacá”.

La declaración del Secretario contradice lo anunciado tras una reunión hecha a finales de junio entre el gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz; la ministra de transporte, Cecilia Álvarez; la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el Distrito. En ese momento se aseguró que el alcalde Gustavo Petro consintió estudiar la posibilidad de construir un túnel de cuatro kilómetros que atravesaría los cerros orientales, por la calle 153, cuyo costo sería de $ 15.000 millones.

Revisión del POT

Otra objeción de Ardila consiste en que la conexión por la calle 153 se había pensado para beneficiar un proyecto de urbanización contemplado en el artículo 123 del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que actualmente rige en La Calera.

El proyecto busca construir un grupo de viviendas campestres que se localizarían sobre la represa de San Rafael. Incluso un parágrafo dice que “para desarrollar el polígono de vivienda campestre Siberia Chiquita (…) se deberá contar como prerrequisito con el acceso por la denominada vía 153”.

El alcalde de La Calera, Álvaro Venegas, señaló que se avecina una revisión del POT del municipio, en el que se pondrá bajo la lupa al artículo 123. “Para hacerlo, estamos esperando que el Ministerio de Ambiente defina cuáles son las zonas de reserva ambiental”, explicó.

Los concejales solo esperan que haya conectividad alterna con Bogotá, aunque algunos tienen reparos sobre hacerla por la calle 153, como es el caso de la concejal Esperanza López: “Se necesita una vía, pero estoy en desacuerdo en que sea por la calle 153, porque hay un bosque nativo. Por la calle 170 sería ideal porque conectaría con la autopista Norte”.

No obstante, concejales que venían de la legislatura anterior afirmaron que estuvieron de acuerdo con la vía y la urbanización por el sector de la calle 153 porque traería seguridad a la zona. Esa fue la posición del concejal Daniel Fernando Jiménez: “Con la exposición del secretario Ardila nos damos cuenta de que habría problemas ambientales, pero en cualquier caso necesitamos una vía alterna a Bogotá”.

Ante esa necesidad, Ardila propuso “pensar en vías subterráneas por la calle 170 o incluso por la 200”. Sin embargo, las condicionó a tres requisitos: que no generen impactos en las fuentes hídricas y al ecosistema; que haya estudios detallados que den la tranquilidad de que no se generen problemas en la superficie, y que empaten con la carrera 7a. o con la autopista Norte.

Al alcalde de La Calera le interesó la propuesta de Ardila: “Me gusta que se retome la propuesta de hacer la conexión por la antigua vía al Guavio en la calle 170”.

Petro avalaría que se hagan estudios

Según afirmó el gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, durante la reunión con el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, a finales del mes pasado, se habría dado vía libre al estudio para construir un corredor que conecte la capital con La Calera. “Posiblemente sería un túnel, no en la calle 170 o en la 200, sino alrededor de la calle 153. Además se analizó la posibilidad de estructurar una ciclorruta ambiental desde esa vía hasta La Calera, algo que al alcalde Petro le llamó la atención”, dijo el Gobernador en aquella ocasión.

REDACCIÓN BOGOTÁ