‘El POT de Petro es ilegal’: Miguel Uribe Turbay
Por: MARÍA ISABEL RUEDA |
Según Miguel Uribe Turbay, están ‘reescribiendo la totalidad del POT y cambiando el modelo de ocupación de los bogotanos’.
Foto: Mauricio Moreno / EL TIEMPO
El concejal de Bogotá es uno de los tres ponentes del POT. Habla con María Isabel Rueda.
Usted es uno de los tres ponentes del proyecto de POT de Petro. Confiéseme una cosa: ¿No tiene absolutamente nada de bueno? Imposible.
Solo tiene de bueno el discurso.
¿Y lo demás?
Lo demás es ilegal, porque el Alcalde lo que está presentando es un nuevo POT.
¿Por qué es ilegal?
Porque el Alcalde tenía la competencia para modificar excepcionalmente las normas urbanísticas, y lo que está haciendo es reescribiendo la totalidad del POT y cambiando el modelo de ocupación de los bogotanos.
Los otros dos ponentes van a presentar ponencia positiva…
Son dos concejales progresistas, que van a votar sí, pero con modificaciones.
¿Y usted por qué es tan radical en que no?
Porque es legítimo que el Alcalde no comparta el modelo de ciudad, o que sus funcionarios no compartan el ordenamiento territorial que tenemos. Pero es absolutamente ilegal cambiarlo en este momento. La ley establece que el POT es un instrumento de planeación a largo plazo, para que cada alcalde que llegue no vaya llevando a la ciudad por donde se le antoje, sino que haya una planeación y una ruta. Algún columnista ha calificado como un manifiesto este proyecto de acuerdo presentado por Petro ante el Concejo. Es un pronunciamiento ideológico, y para eso no es el POT.
¿Y qué pasa si este POT se aprueba?
No hay adjetivos para la catástrofe que puede llegar a ser esto para Bogotá. He hablado con la academia, los gremios, los ediles, las comunidades… En un foro reciente en la Cámara de Comercio de Bogotá no se paró una sola persona a defender el POT.
¿Absolutamente nadie?
No. Creo que el Alcalde no ha leído su propio articulado y le compró a alguien la teoría. Si lo hubiera hecho, sería el primero en sugerirnos que suspendiéramos el trámite.
Pero dizque este POT prepara a Bogotá para los cambios climáticos.
Acerca de los artículos sobre la estructura ecológica, la gestión de riesgo y el cambio climático, no hay un solo estudio que sustente las conclusiones. Solo concluyen que tocará hacer dichos estudios. Debió haber sido al revés: que unos estudios ya hechos justificaran modificar el POT. Nos van a meter en un limbo jurídico. Con el pretexto de que el cambio climático existe, lo cual es cierto, se van a poner a manipular el ordenamiento territorial. Claro que hay que prepararnos. Pero lo que está en este articulado indica que no tenemos los estudios ni los instrumentos y que, muy por el contrario, van a cambiar el POT actual, que es muy juicioso y tiene certezas jurídicas, algo que se les reconoce tanto a Peñalosa como a Carmenza Saldías. En este POT todo queda indeterminado. Va a crear discrecionalidad en la Administración, que generará una fuente de corrupción gigantesca.
¿O sea que el POT de Petro es una posición ideológica y no un plan de manejo técnico de la ciudad?
Manifiesta la ideología de Petro, tratando de tomar un instrumento técnico que no es para eso.
¿Y qué justificaciones da para este cambio, que, según usted, es ilegal?
La primera es la preparación para el cambio climático, que no está sustentada en estudios. La segunda es la movilidad. Quieren meter el SITP (Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá) en el ordenamiento territorial. Pero como en el punto anterior, deja gran parte de los argumentos del tema de movilidad por definir en el futuro a través de estudios. Se vuelve una cosa reiterativa, sistemática, que en todo el POT se diga que Bogotá deberá reglamentar cosas muy importantes en el futuro y muchas de esas con base en estudios técnicos que también se harán en el futuro.
¿Lo que me está diciendo es que este POT es la consagración de la improvisación total futura de Bogotá?
Así de grave. Esos estudios que confiesan no tener son los mismos estudios necesarios para iniciar este trámite.
¿Cuál es la tercera motivación que alegan?
La dinámica poblacional. Bogotá tiene hoy menos personas de las que se pensaba que iba a tener. Petro, entonces, resuelve sacar un POT. Pero expertos dicen: aprovechemos este margen para organizarnos, basados en dos premisas: no existen estudios que nos demuestren cuál será la dinámica poblacional en el futuro de Bogotá. Estamos cambiando el POT con base en que vamos a ser menos personas. ¿Pero qué pasa si somos más? Y si vamos a ser menos, ¿cuál va a ser la demanda en los equipamentos distritales? ¿Más enfocada hacia adultos mayores o para jóvenes?
Y eso va pegado al discurso de redensificación…
Pues resulta que Bogotá es hoy una de las ciudades más densas del mundo y redensificar lo redensificado se llama hacinamiento. Un proceso de renovación y revitalización urbana es muy largo. Las redes de servicios del centro no dan abasto.
¿Y qué pasa con la mezcla de usos del suelo?
Está probada la teoría de que mucha densificación con mezcla de usos genera problemas de convivencia. Ponen como ejemplo a Manhattan, pero esa ciudad tiene regulada la mezcla de usos. En Bogotá nos la quieren imponer desorganizadamente. Si la administración distrital da el permiso de que cualquier actividad opere un servicio en alguna parte de la ciudad, podrá hacerlo.
O sea, discrecionalidad total y falta de reglamentación absoluta de la ciudad…
Así es. Hay 52 compromisos por reglamentar en este proyecto. Es decir, “lo que se hará” para poder hacer esto. Aquí quieren plantear una ideología, un cambio de modelo de ciudad. Las motivaciones no tienen sustento técnico, que por ley lo requieren. El cambio de modelo de ciudad es grave, porque desconoce los logros de Bogotá alcanzados hasta hoy. Estamos dejando de construir sobre lo construido.
¿Más bien parece que vamos a ‘desconstruir’ sobre lo construido?
Es correcto. Pero, además, eso no es legal. A Petro solo le correspondía ver cómo mejoraba el POT actual, que también tenía compromisos para el futuro. De 13 años que lleva este POT, seis administraciones se han dedicado a replantearlo. Petro, a pesar de una falta evidente de gerencia total de su administración, ahora quiere crear un nuevo POT. Hay que acercar los servicios a las personas. Petro quiere el imposible de acercar las personas a los servicios, lo cual solo sería posible en un municipio pequeño.
Pueden pasar tres cosas con ese POT: que no se alcance a votar, que el Concejo lo hunda, o que se llegue a un acuerdo. ¿Cuál es el peor de los mundos?
Gravísimo que no se alcance a votar, porque genera el riesgo de que el Alcalde lo presente por decreto.
¿Y también puede aprobarlo a la fuerza si el Concejo se lo rechaza?
Hay discusión de que pueda o no sacarlo a la fuerza. Existe el antecedente de que en Funza, el Consejo le votó negativamente el POT al Alcalde; este lo expidió a la fuerza, y el Tribunal de Cundinamarca se lo tumbó.
¿Cree que el Alcalde se atreva a expedirlo, si se lo niegan?
Ya ha amenazado con que eso es lo que va a hacer. Pero como ese acuerdo sobre el POT que nos ha puesto a estudiar es ilegal, si lo hace Petro tiene todo el riesgo de meterse en un problema jurídico. En mi ponencia recomiendo que no aprobemos un acuerdo que está por fuera de nuestra competencia, porque no es una modificación sino un nuevo POT, lo que nos acarrearía investigaciones penales y disciplinarias.
¿Y qué posibilidades hay de que lo aprueben con cambios?
Muy preocupante. Un peor POT que este, solo es posible con uno que sea modificado en el Concejo. Porque el POT es un reloj: tocarle una pieza es desarticular al otro lado. Todo el mundo tiene peros. Si se da la oportunidad de abrir la puerta de las modificaciones, esto, que ya es muy malo, quedará al arbitrio de una manoseadera infinita de su contenido. ¿Y en dónde terminaremos?
Resúmame, entonces, qué cree que va a pasar en Bogotá si se aprueba este POT…
Primero: el precio de las viviendas se va a disparar para ricos y para pobres. Ya está pasando y el precio del suelo no discrimina. Segundo: impone unas cargas –sesión de espacio público, construcción de redes de servicios públicos– a los constructores que terminará reflejándose en el precio de la vivienda. Ese modelo jamás le dará a Petro para vivienda de interés prioritario. Tercero: acaba con las UPZ (Unidad de Planeamiento Zonal). Hoy hay 117. Son delimitaciones basadas en estudios de edificabilidad, movilidad, seguridad, etc., que restringe el territorio para planear localmente y facilitar la participación ciudadana. Este POT las acaba con el argumento de que generan desorden. Pasaremos de 117 UPZ a 49.660 manzanas que tiene Bogotá. ¿Quién reglamenta eso? Nadie.
Por último, arrancará el sistema de la mezcla indeterminada de usos. Cada ciudadano hará lo que quiera. Solo los prostíbulos quedan restringidos, pero porque se echaron para atrás. Los otros usos restringidos dependen de que la Administración les dé un permiso con discrecionalidad total, y listo. Y va a paralizar la competitividad en Bogotá, porque va a generar mucha incertidumbre jurídica.
¿Quién puede ser el autor intelectual de este POT de Petro? Porque no es Petro…
María Mercedes Maldonado, su secretaria de Hábitat. Ella fue la que le vendió al Alcalde esta teoría equivocada y mal enfocada de que los constructores de Bogotá deben dejar de ganar plata. Lo que van a hacer es acabar con las posibilidades, especialmente de la clase media, de comprar vivienda. Él le compró esa teoría a ella y defenderla se le volvió un punto de honor. Van a convertir a Bogotá en una ciudad de tercer nivel.
Me da la impresión de que el Gobierno Distrital perdió la vergüenza y está repartiendo mucha mermelada…
Pues algo debe haber repartido, porque mi sensación es que la semana entrante se va a caer la valorización, y algo de endeudamiento también le van a aprobar.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO
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