El norte se inundó porque el drenaje se taponó con la granizada
Los 140.000 sumideros y alcantarillados de aguas lluvias que hay en Bogotá no están preparados para enfrentar un aguacero mezclado con una fuerte granizada como la caída el martes pasado en el norte de la ciudad.
La incapacidad del sistema para drenar, sobre todo las grandes bolas de granizo, se hizo evidente al colapsar los alcantarillados y causar 45 emergencias por inundaciones y taponamientos, principalmente en la zona que concentró el mal temporal: entre las calles 103 y 106 y de la avenida Circunvalar a la carrera 15. Con un sector agravado, el de la calle 110 a la carrera 9.ª, donde las aguas a 50 cm de altura pararon el tren, antes de llegar a la estación de Usaquén.
¿Por qué razón el sistema de drenaje no funcionó?
Varios factores contribuyeron. El primero de ellos fue por la magnitud de la granizada. El jefe de Pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), Christian Euscátegui, la comparó con la registrada en el centro de Bogotá en el 2007, cuando varios carros quedaron cubiertos por el agua en la calle 26. “Curiosamente, esta granizada ocurrió en los primeros días de noviembre, como en esa época”, apuntó.
En segundo lugar, el tamaño del granizo fue tan grande que “obstruyó el drenaje, porque taponó el paso del agua por las tuberías de los sumideros y generó las inundaciones”, dijo el director del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos (Idiger), Javier Pava.
El taponamiento se debió, según el director operativo de la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá (EAB), Francisco Castiblanco, a que “al caer las gotas de granizo en el sumidero se compactaron y formaron un bloque de hielo, que no permitió la escorrentía normal del agua. Lo mismo sucedió en el 2007”.
A lo anterior se sumó que con el volumen de precipitaciones tan alto que cayó en tan poco tiempo (24 milímetros en puntos como la Circunvalar con calle 174), al taponarse los alcantarillados y no captarse esas aguas en un canal como el de Los Molinos (que evacua las lluvias de los sumideros del área), estas se rebosaron e inundaron la calle 110 con 9.ª.
Añadió que sistemas de drenaje como el de Bogotá están diseñados para transportar agua, “pero no granizo ni basuras, como las encontradas en los alcantarillados”.
Castiblanco contó que, la semana pasada, el Acueducto les había hecho una limpieza a los alcantarillados pluviales de la zona afectada. De ahí, las máquinas Vactor sacaron 20 toneladas de residuos (unas cuatro volquetas llenas). Pero, en la inspección que hicieron ayer encontraron igual cantidad de basuras. “Así es imposible que cualquier red funcione bien”, recalcó.
Otro obstáculo para el drenaje es que los sumideros se están llenando en Usaquén de “bentonita o agua mezclada con cemento, que algunas obras en construcción les están arrojando directamente”, denunció la alcaldesa de la localidad, Julieta Naranjo. Por eso hizo un llamado para que se evite esa mala práctica.
De otro lado, el Acueducto dijo que también investigará si en el sector se construyeron mal nuevos alcantarillados.
Entre tanto, el Ideam no descartó que se vuelva a presentar una granizada como la del martes. Y probablemente cause estragos similares, porque los sumideros de la ciudad no están hechos para evacuarlos rápidamente.
Para que los ductos no se tapen
– No arroje basura a la calle, escombros ni residuos de construcción, porque cuando llueve el agua los arrastra a los sumideros y los tapona.
– Los edificios deben tener sistema de bombeo en los sótanos. Estos equipos deben revisarse, así como las bajantes y canales.
Por: BOGOTÁ |
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