Proponen ampliar región hídrica para planes de gestión del río Bogotá
Recuperar el río Bogotá y garantizar que de aquí a las próximas décadas los bogotanos puedan acceder al agua, no solo es una tarea del Distrito y de los municipios que tienen tramos del río en sus territorios.
Más allá de los 46 municipios de la cuenca del río, como Villapinzón en su nacimiento o Girardot, cuando se conecta con el Magdalena, un municipio tan lejano al río como Junín en la provincia del Guavio, también es clave para conservar los bosques y las aguas.
Según un estudio del Instituto de Desarrollo Sostenible Quinaxi, se debe ampliar la región hídrica del río, es decir, que los municipios que directamente no están en la cuenca se deben incluir en los planes de gestión ambiental y en las acciones que ya están cumpliendo las instituciones, a propósito del fallo del Consejo de Estado que obliga a crear un plan de recuperación del río en tres años.
Por ejemplo, municipios como San Juanito y El Calvario, en el Meta, incluidos en el estudio como parte de la región, son claves porque conservan los corredores de páramo, lo que permite que la cordillera pueda atrapar el agua, que luego llega a los embalses y posteriormente a cada casa.
Según Ernesto Guhl, investigador de Quinaxi, se tuvo en cuenta para limitar a la región que los municipios fueran estratégicos por sus ecosistemas o que hicieran parte de la cuenca del río.
También se pensó el orden administrativo, donde se incluyó, por ejemplo, toda el área del Sumapaz, al hacer parte de Bogotá y del Meta. En total, estos 52 municipios más el Distrito albergan a más de 9’522.000 habitantes y representan el 29 % del PIB nacional registrado en el 2013, según los análisis de Quinaxi.
Los investigadores proponen que los Planes de Ordenamiento Territorial y los Planes de Manejo de Cuenca de todos estos municipios se hagan bajo principios comunes, para evitar la degradación ambiental.
También plantean que haya una redistribución de los recursos económicos y no como se hace ahora donde cada municipio invierte solo en su territorio. De esta manera, Bogotá podría redestinar sus recursos a municipios como San Juanito o Junín, que tienen menores ingresos para que preserven la naturaleza.
Teresa Ramírez, analista en ordenamiento urbano y economía, asegura que a la par de esta redistribución, no basta con pensarse como región hídrica, sino evaluar las relaciones económicas, para que los POT vengan acompañados de modelos de desarrollo económico que le permitan a las comunidades conservar los ecosistemas, pero también ser productivas.
‘El río nos obligará a unirnos’
Ernesto Guhl
Director Instituto de Desarrollo Sostenible
¿Con el fallo nos estamos acercando a un sistema de gobernanza del río?
Lo que se puso en marcha en este momento es transitorio. Lo definitivo será la ley que tramite el Congreso para acatar el fallo, que contendrá el esquema asociativo para gestionar los recursos. Se apunta a tener una Región de Planificación y Gestión, que lo contempla la Ley 1454 del 2011.
La naturaleza nos va a obligar a integrarnos. El momento que puso la integración regional sobre la mesa fueron las inundaciones del 2011. Ahí entendimos que era una tarea de todos.
Sin embargo, en la región hay cierto recelo hacia Bogotá. ¿Cómo hacer la gestión del agua más equitativa?
El modelo que proponemos para la gestión, no implica crear instituciones nuevas, sino articular las que ya existen. Y eso se hace de dos maneras: en un pilar de la planificación participativa y el otro de retribución económica a los municipios de la cuenca alta y baja.
¿Cuáles son esas amenazas de la integración regional por el agua?
Puede haber muchos factores: interesas políticos y económicas que atenten con la visión colectiva del río. Pero también hay problemas de orden físico: ¿qué va a pasar con el agua en pleno cambio climático? Estamos en un escenario de incertidumbre.
CUNDINAMARCA
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